★★★★★ (5/5)
¡Hola a todos/as!
Corre el año 1957, y los Dollanganger parecen una familia perfecta que vive sin preocupaciones en su idílica casa de Gladstone, Pensilvania... hasta que la tragedia llama a su puerta. Ocurre el día en que Christopher, el patriarca de la familia, muere en un accidente. Su viuda, Corrine, debe hacer frente al peso de una gran deuda que no puede asumir. Su única opción: regresar a la mansión de sus acaudalados padres en busca de ayuda. Su madre, Olivia Foxworth, la acoge bajo la cruel condición de que los niños se escondan en el desván.
De esta forma empieza el tormento de los hermanos Dollanganger -Cathy, Chris y los gemelos Carrie y Cory-, víctimas inocentes de pasiones prohibidas y condenados a vivir aislados del mundo.
La historia está narrada en primera persona y protagonizada por Catherine, en capítulos mayoritariamente largos y dividido en dos partes.
La trama gira en torno a la vida de Cathy y sus hermanos Chris, Cory y Carrie desde el momento que ocurre un trágico accidente en la familia de estos causando un gran giro a sus vidas poniéndolo todo patas arriba. Ambientada en los 50 entre Pensilvania y Virginia viviremos una de las historias más desgarradoras que he leído hasta la fecha.
Poco se puede hablar de este libro sin destriparlo, pero lo intentaré. Esta saga familiar fue con la que me inicié en el mundo de la lectura y gracias a ella conservo el hobby de leer y coleccionar libros. Recuerdo leer por primera vez este libro cuando tenía 15 años (casi los mismos que los protagonistas del libro) y empatizar muchísimo con ellos. Ahora que releo la historia y rondo los 30 años he empatizado por igual y me ha sorprendido tanto o más que la primera vez que conocí a los Dollanganger.
Esta saga familiar se puede considerar una novela de terror y de drama absolutos por todo lo que ocurre a lo largo de la historia. Es todo tan increíblemente cruel y ruin y duro que es imposible no emocionarse con las vivencias de “los muñecos de Dresde”, como apodan en el pueblo a los cuatro hermanos.
Los giros argumentales son continuos y absolutamente sorprendentes y aunque ya los viera venir por ser relectura me dejaban constantemente en shock como si fuera la primera vez que lo leía.
La pluma de la autora es quizá lo que menos me gusta por la extensión de los capítulos y porque hay veces que puede haber algo de relleno pero en absoluto ensombrece el resto de la historia ni me hizo disfrutar en menos medida por ello. Es perfectamente fácil de seguir y de leer aunque sea un poquito densa.
Si no lo habéis hecho ya os recomiendo muchísimo esta saga y sobretodo esta primera parte porque es absolutamente sublime. Sobretodo ese final donde solo queremos coger la segunda parte y devorarla igual que la primera.
Alba.
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