ꕥ ¡Hola a todos/as!
Un hombre aparece ahorcado en un pinar a las afueras de Madrid, con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se halla un papel con el nombre y la dirección de una mujer. Sara Azcàrraga, que vive a pocos kilómetros del escenario del crimen. Frágil, solitaria, bebedora de vodka en soledad, Sara rehúye cualquier contacto con las personas y trabaja desde casa. El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso, asistido por el joven cabo Coira, que se enfrenta por primera vez a una investigación criminal, una investigación difícil, sin apenas pistas, con demasiados enigmas. A medida que el teniente Tresser avance en sus indagaciones, descubrirá unos hechos que darán un trágico vuelco a su existencia y le conducirán a un viaje a los infiernos que maracará su vida para siempre.
La historia está narrada en tercera persona que va explicando todo lo que le sucede a Sara, correctora de estilo en una editorial que trabaja desde casa, y las investigaciones que van haciendo los dos miembros de la Guardia Civil, el teniente Julián y su compañero Coira, un hico joven y novato en lo que ha investigaciones de asesinato se refiere.
La trama es brutal y desde el primer capítulo me atrapó. La pluma de Inés es fresca, fácil y sencilla. El misterio y la intriga son dos factores patentes en cada una de sus páginas y es que todo son interrogantes y cada descubrimiento nuevo es un nuevo giro argumental bestial.
Los capítulos son algo largos a lo que estoy acostumbrada a leer, unas 60 o 70 páginas por capítulo, pero para nada se hacen pesados o eternos. Su lectura es tan fácil que hace que leas sus capítulos de manera muy rápida.
Además, la autora no se anda por las ramas para explicar alguna situación o las averiguaciones que Coira y Julián van haciendo, al contrario, es directa y concisa y eso hizo que la lectura fuera muy agradable y rápida.
Posee unos giros argumentales tan bestiales que me dejaron totalmente en shock. Sucedieron cosas que nunca imaginé ni pensé que fueran a ocurrir y en estos momentos en los que un libro consigue sorprenderte, me fascinan. Es lo que más me gusta de una buena lectura, el efecto sorpresa.
A pesar de todo esto, descubrimos al asesino justo a la mitad de la novela, y ésto hizo que perdiera interés en la historia y que comenzara a decaer la intriga y el misterio que tenía. La caza sobre el culpable a partir de entonces se me hizo muy pesada y consideré que sobraba bastante. Hubiera bastado con terminar la historia en el momento en el que se descubre al autor del crímen y listo.
A pesar de que la autora nos facilitara el nombre del asesino a la mitad de la historia, nos deja para el final un giro de los acontecimientos que no esperaba. Esto me sorprendió mucho y también me encantó. El hecho de conectar una historia en dos casos distintos y con años de diferencia me pareció brutal. El hilo conductor es fácil de seguir y en el momento en que todas las piezas del puzle cuadran entre sí, es fantástico.
Respecto al final, esperaba algo más sorprendente o retorcido y me encontré con una resolución bastante simple y llana. Lo cierto es que nunca empaticé con nuestro protagonista Julián y eso hizo que le cogiera algo de manía. También esperé más protagonismo en la historia por parte de Sara, pero acabó siendo un personaje totalmente secundario.
A pesar de todo esto, la trama está bien construida y el misterio está patente en sus páginas. Recomiendo ésta lectura para pasar el rato o para cuando se sufre un bloqueo lector.
Alba. ♡
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